Zonas rurales, las más afectadas por la inseguridad alimentaria según estudio

Joe Tice, the Tukwila Pantry's executive director, stocks tables with canned goods at the food bank in Tukwila, Washington. (Credit: Lance Cheung / USDA)
Joe Tice, director ejecutivo de Tukwila Pantry, llena las mesas de productos enlatados en el banco de alimentos de Tukwila, Washington. (Crédito: Lance Cheung / USDA)

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Antes de empezar a estudiar la inseguridad alimentaria en las zonas rurales, Sarah Whitley sabía lo que era ir a la escuela con hambre.

Ahora estudia el tema en la Universidad Estatal de Washington, WSU por sus siglas en inglés.

Según un estudio reciente del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, USDA por sus siglas en inglés, la inseguridad alimentaria en las zonas rurales está empeorando. El año pasado, 18 millones de hogares no tenían un buen acceso a los alimentos.

Aunque la falta de alimentos en las zonas rurales es lo contrario de lo que uno se imaginaría en las tierras de cultivo, los estudios muestran que está aumentando a un ritmo acelerado, dijo Whitley, profesora de sociología en WSU.

“La conclusión es que la inseguridad alimentaria en las zonas rurales de Estados Unidos es un problema social importante”, afirmó Whitley.

En un reciente estudio sociológico realizado en el este de Washington, Whitley habló con residentes rurales sobre la inseguridad alimentaria. Los niveles de pobreza duplicaban la media nacional.

Descubrió que la falta de alimentos se producía por muchas razones: los alimentos cuestan más, las tiendas de comestibles pueden estar muy lejos y las despensas de alimentos pueden no estar abiertas después de las horas habituales de trabajo.

“Las zonas rurales se enfrentan a una tormenta perfecta de retos y problemas que contribuyen a sus niveles de inseguridad alimentaria”, afirmó durante una charla virtual organizada por la Universidad.

También, para las personas es más difícil mantener el anonimato en las zonas rurales, lo que puede resultar estresante o motivo de vergüenza.

En la mayoría de los casos, las personas encuestadas por Whitley no recurrían a las ayudas públicas, desde los beneficios por discapacidad hasta el programa federal de nutrición suplementaria para mujeres, bebés y niños, conocido como WIC. A menudo optaban por pasar hambre o alimentar sólo a sus hijos. Las personas se sentían juzgadas o avergonzadas cuando sus vecinos sabían que necesitaban alimentos.

“Utilizaban estrategias que encajaban con el ideal rural. El ideal rural abarca a las personas que trabajan duro, la autosuficiencia y el cuidado de uno mismo y de su familia”, dijo Whitley.

En su estudio, la gente decía que se les enseñaba a vivir con lo que tenían y a ser miembros productivos de la comunidad.

Cuando la gente podía obtener alimentos de las despensas, las personas con las que habló Whitley dijeron que no siempre conseguían lo que necesitaban. Era más difícil encontrar verduras frescas o alimentos suficientes, y un hombre dijo que sólo podía recoger un par de bolsas de comestibles en su despensa local.

Eso es parte de lo que causa la paradoja hambre-obesidad, dijo Whitley.

“En Estados Unidos, el hambre y la obesidad van de la mano”, afirmó.

La inseguridad alimentaria en las zonas rurales es un problema complejo que requiere estrategias y recursos específicos.

“Mi esperanza es que mi investigación pueda influir en la política relativa a este importante problema social”, dijo Whitley.

Además de la charla de Whitley, WSU realizará una charla con Priya Fielding-Singh sobre su libro “How the Other Half Eats” (Cómo come la otra mitad), el martes 15 de octubre a las 7 p.m. en el CUB Senior Ballroom del campus de la WSU en Pullman. La charla también se retransmitirá en directo.

La versión original de esta historia fue publicada, en inglés, el 9 de octubre de 2024.