Pacientes de COVID persistente necesitan más recursos en el centro de Washington
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En Washington sólo hay una clínica que trata a pacientes de COVID persistente o Long-COVID y está ubicada en Seattle, al oeste del estado. Los pacientes de COVID persistente del valle de Yakima se enfrentan a la falta de recursos locales, diagnóstico e información. Algunos dicen que se sienten desconectados de sus médicos.
Esta es la tercera parte de una serie sobre el COVID persistente en el Valle de Yakima, que fue realizada en colaboración con palabra, el medio multiplataforma de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos – NAHJ.
PRIMERA PARTE: COVID está lejos de terminar para algunos latinos.
SEGUNDA PARTE: Investigan impacto de COVID persistente entre latinos en WA.
Cada semana se emiten mensajes sobre la importancia de la vacunación en Radio KDNA, una popular emisora en español del valle de Yakima, en el centro de Washington.
Otro programa de radio, patrocinado por el Distrito de Salud del condado de Yakima, promueve hábitos saludables.
En estos momentos, ambos concientizan a la comunidad sobre la prevención del COVID. Los programas y sus presentadores invitan a los oyentes a vacunarse contra COVID y, más recientemente, a informar a la gente sobre el COVID persistente.
El doctor Tao Kwan-Gett es el director Científico del Departamento de Salud del estado de Washington. Kwan-Gett dijo que es consciente de que el COVID persistente es real y serio, pero también aseguró que la prioridad es la prevención.
“Estamos centrados en las vacunas COVID-19 porque creemos que es la mejor manera de prevenir el COVID persistente. El COVID persistente es una enfermedad muy difícil y que no entendemos”, dijo Kwan Gett en inglés.
El doctor Leo Morales es codirector del Latino Center for Health de la Universidad de Washington. Es uno de los investigadores que intentan comprender cómo afecta el COVID persistente a las comunidades.
Morales presentó recientemente los resultados de una investigación sobre el COVID persistente entre los latinos.
Y está de acuerdo en que la mejor manera de prevenir el COVID persistente, e incluso otras complicaciones, es no contraer COVID en primer lugar.
“Si estás vacunado y contraes COVID, tienes menos probabilidades de contraer COVID persistente. Por lo tanto, la vacunación ayudará a reducir el riesgo de contraer COVID persistente”, dijo Morales en inglés.
Pero ¿qué pasa con los pacientes que ya tienen COVID persistente? En el Valle de Yakima, muchos tienen problemas para recibir tratamiento.
Kwan-Gett mencionó que el departamento de salud del estado se centra en la prevención y el tratamiento está en manos de los proveedores de salud.
Victoria es una paciente de COVID persistente en Sunnyside. Ella prefiere no usar su nombre real, porque cree que no todos entienden a lo que se enfrenta.
Ella ha experimentado la desconexión entre médicos y pacientes.
“O sea, me escuchaban, pero no… no querían platicar… no sé si es que no querían, pero no tenía nada que decir sobre eso.”, dijo Victoria.
Eso era lo que sentía cada vez que mencionaba que sus problemas de salud empezaron después de padecer COVID.
Victoria aseguró que cuando su médico finalmente la escuchó y la remitió a la clínica de COVID persistente, su compañía de seguros le dijo que buscara una en el condado de Yakima.
“Pues donde, no hay, no existe. Cómo una compañía de aseguranza de salud no sabe eso, que solamente existe una y está en Seattle,” dijo Victoria entre risas.
La doctora Janna Friedly es la directora ejecutiva de esa Clínica de Rehabilitación y Recuperación Post-COVID de la Universidad de Washington.
En una entrevista con Lygia Navarro, periodista de palabra, Friedly dijo que la clínica comenzó en 2020 pensando en los pacientes que necesitarán seguir una atención de rehabilitación después de su hospitalización.
“Abrimos la clínica a cualquiera que se refiriera o fuera referido y estábamos viendo pacientes de toda la región”, mencionó Friedly en inglés.
Pero con tanta gente necesitando servicios, Friedly explicó que las cosas tuvieron que cambiar.
“A partir de enero de 2024, tuvimos que cerrar sólo a referidos del condado de King e internas de UW porque nuestros tiempos de espera estaban llegando a más allá de un año; no era manejable”, aseguró Friedly en inglés.
Esto limitaría las opciones de tratamiento para los pacientes del centro y el oriente del estado.
Lilian Bravo es la directora de asociaciones del Distrito de Salud Pública del condado de Yakima. Ella dice que el distrito no está respondiendo activamente al COVID persistente.
“Para ser completamente honesta es limitado y esa es una de las cosas que estamos mirando de cerca en términos de cómo se desarrolla la ciencia, para que podamos apoyar eso”, dijo Bravo en inglés.
Bravo explicó que el enfoque del distrito en este momento, al igual que lo está haciendo la autoridad sanitaria estatal, es la prevención y vacunación contra el COVID.
Bravo dijo que, en Yakima, no todo el mundo habla abiertamente de COVID persistente. Pero están escuchando a la gente en su programa de salud en Radio KDNA.
“Invitamos a la gente a llamar y, sin lugar a dudas, cada vez que presentamos uno de esos programas, alguien nos llama para contarnos cómo le sigue afectando la infección”, afirmó Bravo.
También mencionó que es difícil saber si estos casos cumplen la definición de COVID persistente.
Ella dijo que el seguimiento de los casos de COVID persistente en el condado es difícil de hacer, porque diferentes circunstancias impiden obtener la información necesaria para medir cómo está afectando a las comunidades.
“Si la gente no está volviendo para recibir atención o si su atención se ha trasladado a un especialista, es poco probable que su información, en términos de los síntomas S, volverá al proveedor de atención primaria si tenían uno en el primer lugar”, dijo Bravo.
Victoria dice que algo que puede limitar a la gente a la hora de recibir atención es la rotación de médicos en la zona.
“Mucha gente no tiene confianza en los médicos, porque tenemos muchos médicos que vienen aquí a hacer su servicio a una población de bajos ingresos. Vienen y cambian y, por esa parte, no hay consistencia”, mencionó Victoria.
La falta de seguro es otro factor crítico, dijo Bravo.
“Hay como un 15% de personas que no tienen seguro, es altísimo. Aquí, el acceso a la sanidad es un reto”, afirmó. “¿Cómo vas a captar el número real de individuos que tienen estos síntomas cuando además tienes un acceso limitado a la atención sanitaria?”.
Y las clínicas que más atienden a los hispanos en el valle de Yakima tampoco tienen respuestas sobre el COVID persistente.
Los médicos de Yakima Neighborhood Health Services declinaron hacer comentarios para este reportaje.
La gerente de comunicaciones dijo, a través de un correo electrónico en inglés, “que no ven una gran cantidad de Long COVID” y su personal médico “no se siente equipado para hacer comentarios sobre esto.”
Yakima Valley Farmworkers Clinic, que proporcionó la muestra para la reciente encuesta sobre el COVID persistente, tampoco respondió a las solicitudes de comentarios.
Y Kevin Maloney, gerente de relaciones con los medios de comunicación de MultiCare Health System, el grupo que recientemente compró el Yakima Valley Memorial Hospital, dijo en una declaración escrita que el “COVID persistente es un diagnóstico complejo y en evolución para una amplia gama de síntomas.”
Del mismo modo, señaló que debe tratarse de forma individualizada, es decir de acuerdo con las necesidades de cada paciente.
Maloney explicó que “anecdóticamente”, “ven a pacientes en una variedad de clínicas en el centro de Washington que tienen problemas persistentes que pueden estar relacionados con el virus.”
Sin embargo, “a menudo es difícil diagnosticar el COVID persistente, pero eso no se limita a la población latina de la comunidad de Yakima”, mencionó Maloney en el comunicado.
También dijo que es difícil de rastrear entre las poblaciones Latino/a/x/e “porque muchos están sufriendo los síntomas en silencio.”
El silencio, dijeron Victoria y Bravo, podría basarse en aspectos culturales en una comunidad dedicada al trabajo duro, y decidida a no enfermar.
Este reportaje es una colaboración entre Northwest Public Broadcasting y palabra, la plataforma multimedia de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos.
Johanna Bejarano, de NWPB, trabajó con Lygia Navarro, periodista de palabra. Este es el tercero de una serie de artículos de colaboración sobre el impacto del COVID persistente en el centro de Washington.