Artistas chicanos y mexicoamericanos conectan su cultura y sus comunidades
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Tres artistas del centro de Washington muestran la experiencia chicana y mexicanoamericana, aportando significado a las realidades a las que se enfrentan muchos en nuestro estado, mientras celebramos el Mes de la Herencia Hispana.
Ricardo Ruiz es autor de poemas en colaboración con inmigrantes. Las coloridas pinturas y grabados de Christie Tirado retratan a los trabajadores agrícolas del valle de Yakima. Y las obras de arte conceptual de Saúl Martínez manifiestan el deseo de expresar sus sentimientos y su visión del mundo.
Tirado, Martínez y Ruiz forman parte de una extensa lista de artistas chicanos y mexicoamericanos que muestran y comparten con orgullo sus identidades.
Ricardo Ruiz
Nacido en Moses Lake, hijo de inmigrantes mexicanos, Ricardo Ruiz cree que su poesía es una forma de dejar un legado.
“Sabía muy poco de los sacrificios que mis padres habían hecho para darme las oportunidades que tuve.
Mis hijos saben aún menos que yo”, dice Ruiz.
Su libro Teníamos nuestras razones recoge las historias reales de los inmigrantes. Ruiz dice que su poesía cuenta aspectos multigeneracionales que van más allá de los relatos de la frontera sur.
“Hay vida más allá, de la que tenemos que hablar”, dice Ruiz.
Las primeras conexiones de Ruiz con la poesía se produjeron tras una difícil transición después de servir en el ejército. Él dice que su mentora y profesora en el Big Bend Community College, la Dra. Allison Palumbo, le mostró cómo la escritura podía ser terapéutica.
“La poesía me permitió escribir libremente y dejar que el ritmo de las palabras procesara mis emociones, y a partir de ahí me enamoré de la poesía”, dice Ruiz.
Los poemas son el resultado de la evolución de las entrevistas en inglés y español con los narradores. Llevan la emotividad y el lenguaje natural de quienes contaron las historias, dice Ruiz.
“Intenté hacer justicia a historias que no son mías, a experiencias que no fueron mías, que se me prestaron tan preciosas para poder compartir y como canal al mundo exterior de estas historias tan íntimas de trauma”, dice Ruiz.
Ruiz leerá su libro de poemas bilingües el 6 de octubre en la Biblioteca Mid-Columbia de Pasco.
Christie Tirado
Christie Tirado, nacida en California, vive en el valle de Yakima y dice que su arte da visibilidad a su comunidad.
“Creo que, al ser capaz de crear, poner de relieve a estas personas y la importancia de lo que hacen en nuestra comunidad, espero poder abrir también más recursos para ellos”, dice Tirado.
Sus obras de arte visual llaman la atención sobre esas personas que a menudo pasan desapercibidas.
Incluso sus padres tuvieron experiencias similares.
“Mis padres emigraron aquí; a menudo estaban en la sombra, trabajando. Estaban constantemente cambiando de trabajo. Pero siempre se sintieron invisibles, y sintieron que no podían expresar lo que defendían por sí mismos”, dice.
La conexión de Tirado con el arte llegó a través de su tío, el artista René Julio, que está en Tacoma.
“Recuerdo haber entrado en su casa cuando estaba en segundo grado. Los colores de sus paredes eran como de México, como brillantes, chillantes, como rojos, amarillos, muy hermosos. Sus obras me recuerdan a los Grandes Muralistas de México. Tenemos a Siqueiros, Diego Rivera, Orozco. Había esa conexión cultural. Expresaba nuestra cultura, nuestros orígenes”, dice Tirado.
Ella comparte esa conexión cultural de la que fue testigo cuando era niña con otros, incluidos sus alumnos del Distrito Escolar de Union Gap.
“Enseño con una intención. Enseño por la justicia social; enseño para poder abrir realmente puertas y ventanas a mis alumnos a realidades diferentes de las suyas. Creo para poder dar voz, para expresarme y, lo que es más importante, para poder compartir diferentes realidades de mi comunidad”, dice Tirado.
Mural comunitario de Christie Tirado instalado en La Escuelita de La Casa Hogar en Yakima. Foto: Christie Tirado.
Los grabados que captan el día a día de los trabajadores esenciales, incluidos los agrícolas, son una marca especial de la obra de Tirado.
También ha realizado instalaciones de arte público, como el mural expuesto en La Escuelita de La Casa Hogar en Yakima.
Fue una obra de colaboración que recogió ideas y pensamientos de los miembros de la comunidad. El mural, que incluye una niña en el centro, un libro en el que crece una planta y la mariposa Monarca simboliza la educación, el crecimiento, la renovación y el hogar.
Saúl Martínez
En Pasco, Saúl Martínez, que llegó a Washington a una edad temprana, es hijo de inmigrantes de Nayarit y Zacatecas, México.
El arte conceptual de Martínez ahonda en su identidad y explica la singular experiencia migratoria mexicanoamericana.
“Es simplemente la historia de ser el otro y ser identificado como un intruso. Yo nací aquí, pero existe esta sensación de que la gente percibe a cualquiera que se parezca a mí o que suene como yo o que me celebre, como un intruso en el statu quo”, dice Martínez.
Por encima de estos sentimientos, Martínez dice que hay una contribución cultural.
“Estés donde estés estás contribuyendo a algo bonito, no tiene por qué ser sólo los tacos. Pueden ser las otras cosas que nos destacan como cultura. Es el arte, es la poesía, es la literatura, es la música, es todo”, dice.
Martínez también es profesor de arte en el Distrito Escolar de Pasco.
“Enseño en una escuela alternativa que trabaja con un 86% de latinos. Ha sido fantástico mostrarles un arte que se parece a ellos, que suena como ellos y que puede inspirarles a ver sus propias experiencias y crecer a partir de ellas”, dice Martínez.
Martínez ha recopilado historias de artistas chicanos, hispanos y latinos/as/x a través de un podcast y una página web. Ahora, uno de sus sueños es crear un lugar donde se reúnan los amantes del arte en Pasco.